Trabajo como vendedor de coches en un concesionario de Praga sin nombre. Y aunque pueda parecer extraño, la venta personal a los clientes es lo que menos tiempo me ocupa. Por un lado, después de la pandemia de coronavirus, mucha más gente compra por internet, y por otro, gran parte de mi trabajo se hace ante el ordenador. Se trata sobre todo de gestionar la página web (hay que actualizar una lista diaria de coches usados), preparar presupuestos para los clientes y gestionar todas las entregas de mercancía con nuestro proveedor
Nuestro concesionario tiene tres puestos de asesores de ventas. En estos puestos también atendemos a los clientes que llegan, por lo que es fundamental mantener la zona de trabajo organizada y limpia. Por este motivo, también acordamos con la dirección la compra de monitores adicionales. O mejor dicho, antes incluso de que supiéramos de la existencia de tales monitores, buscábamos pantallas que cupieran en nuestro puesto de trabajo y que al mismo tiempo fueran fáciles de manejar. De hecho, uno de los requisitos de la dirección era que fuéramos lo más transparentes posible con nuestros clientes y que les metiéramos en lo que estábamos haciendo. La idea de sentar a los clientes justo detrás de nosotros y que miraran «por encima del hombro» no nos gustaba. Tampoco nos gustaba la posibilidad de girar un monitor de escritorio fijo hacia ellos y tampoco había espacio para dos monitores en el escritorio. Así que buscamos otra solución y descubrimos los monitores adicionales de MISURA. Cumplían claramente todos nuestros requisitos
Ya hace medio año que tenemos los monitores en nuestro salón y todos nos alegramos de habernos decidido por ellos. Tenemos la variante de 11,6″, que es totalmente suficiente para nuestros portátiles de 13″. Las pantallas son muy fáciles de acoplar al chasis del portátil y funcionan automáticamente cuando se conectan los cables. Al no llevar los portátiles a casa por regla general, las pantallas permanecen acopladas en todo momento. Si tuviera que llevarlos todos los días, puede que la desconexión diaria y la posterior reconexión de los cables me resultara un poco molesta, pero supongo que también me acostumbraría. No es nada complicado, y en general se tarda alrededor de un minuto en colocar las pantallas. En cuanto a la calidad de las pantallas, cumplen plenamente mis expectativas: la resolución es suficiente y son fáciles de ver incluso desde distintos ángulos
Las pantallas me facilitan mucho el trabajo. No tengo que pasar de una ventana a otra y todo lo que necesito cabe en las tres pantallas. Si necesito mostrar algo a un cliente que está sentado frente a mí, giro una de las pantallas hacia él. Realmente es un gadget que no tiene precio, porque además de facilitarme mucho la comunicación con el cliente, también estoy aportando mi granito de arena a la conservación. Porque antes lo imprimía todo para que el cliente lo viera primero, ahora se lo puedo enseñar.